martes, 17 de julio de 2007

De PORTUGALETE a CASTRO URDIALES (16/07/2007)

Al salir del albergue, voy siguiendo las flechas que hay en el suelo. Es lunes y hora de ir a trabajar. Hay mucha gente por la calle. Frente al cementerio, empieza una pista de bicicletas (BIDEGORRI) con asfalto rojo. Solo hay que seguir por ella. Tiene 10 km de largo y acaba en la playa de SOMORROSTRO. No se permiten perros sueltos, pero de vacas no dicen nada. Y a mitad de camino me cruzo con una manada paseando por el bidegorri. Cuando he hecho los 10 km, me paro a desayunar en un bar. Lo de siempre, pinxo de tortilla y café con leche. Desde la terraza, veo venir tres peregrinos más y ya vamos a CASTRO más o menos juntos. El paisaje es fabuloso, por un camino al borde del acantilado, lleno de bancos y fuentes. Se nota que estamos entrando en CANTABRIA, el camino es más agradable y por ahora el mejor que he tenido. Por un atajo lleno de espinos llegamos a la playa de SALTACABALLO y nos paramos a comer en un chiringuito. Después de comer, reanudamos la marcha hacia CASTRO URDIALES.
Cuando llegamos, pregunto a un policía municipal por el albergue y nos dice que tenemos que presentarnos a la policía, para dar los datos y luego ir hasta la plaza de toros, donde está el albergue. Por el camino vemos a otros peregrinos que conocemos de otros albergues.
Una vez aposentado, salgo un rato a la playa a remojarme los pies.
Es entonces cuando me llama mi prima PAQUI y me dice que viene con sus padres hacia CASTRO. Nos encontramos en la dársena pequeña donde hay una procesión en honor de la Virgen del Carmen y nos sentamos a tomar algo y charlar un poco de esta locura. Nos hacemos unas fotos. Cuando se van, me quedo esperando a VICENT, BELEN, MIKEL y JULEN, que también vienen a CASTRO. Cuando nos sentamos cae un pequeño chaparrón que no agua la fiesta de CASTRO. Luego me invitan a cenar y me acompañan al albergue porque es tarde y a lo mejor está cerrado. Y porque casi no puedo andar. Luego me he dado cuenta que no les he hecho ninguna foto.
Cuando entro, todo el mundo está en silencio. Parece que todos están dormidos. No es verdad, solo duerme un tio de Burgos gordo que está roncando y no deja dormir a nadie. Al cabo de un rato empiezo a chascar con el paladar y se arma un pequeño cachondeo, pero al final me tengo que levantar y despierto al que ronca y podamos coger el sueño los demás.

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