viernes, 27 de julio de 2007

De GIJÓN a AVILÉS

Salgo del albergue a las 7:00. Hasta las 7:30 no pasa el autobús que me lleva hasta la playa de Poniente. Para salir de GIJÓN hay que andar un rato largo; tanto, que antes de salir me meto en un bar a desayunar.
Salgo de GIJÓN por una carretera, donde abundan las fábricas y empiezo a subir el monte AREO. La subida es un poco fuerte, pero mucho menos que la de ayer. Llego arriba todo empapado en sudor, pero a partir de ahora hasta los dólmenes, es llano y a la sombra casi siempre.
Aunque el libro que llevo dice que no giremos hasta el dolmen de San Pablo, porque hay que dar mucha vuelta, yo he ido para hacer una foto. Imaginaba algo así como piedras de más de 2 m de altura y no llegaban al metro.
La bajada del monte, suave. Y todo el camino, hasta ver las primeras empresas siderúrgicas, también. A partir de ahí, todo ha sido por carretera de asfalto, con lo que se te pegaba la suela de la sandalia a la planta del pie.
Cuando ya creía que estaba entrando en AVILÉS, veo un letrero que dice que me faltan 5 km.
Al fin entro en AVILÉS y a 500 m a mano izquierda está el albergue.
Suelto la mochila, me ducho y pregunto al hospitalero donde comer bien y voy para allí.
AVILÉS está en fiestas y por la tarde hay concurso de agrupaciones de música celta y después de pasear un poco por el pueblo me siento a escuchar y ver los bailes. Me levanto para hacer una foto al estandarte del Centro Asturiano de Bruselas, para mandársela a Beatriz. Un poco antes de las 10:00, entro en un bar a cenar y luego me voy al albergue, a dormir.
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