viernes, 3 de agosto de 2007

De LOURENZÁ a GONTÁN (02/08/07)

Luego de desayunar bien, salimos del albergue a las 8:00. Hay que subir hasta el cementerio para salir de LOURENZÁ. Lo mismo que para entrar en el pueblo, hay que pasar por un bosque de eucaliptos, con una senda muy bien cuidada y fácil de caminar por ella. Entramos en MONDOÑEDO por la carretera que está en obras. Llegamos a las 9:40 y nos dirigimos hasta la catedral para sentarnos en "O Rei de Las Tartas" para desayunar. Cuando nos preparábamos para seguir, abren la catedral y nos metemos para verla por dentro. Al salir, el campanero (no recuerdo su nombre), nos ofrece subir al campanario para enseñárnoslo y explicarnos porqué hay una tradición para tocar las campanas. Ha muerto una mujer y hay que tocar a muerto (33 veces) y luego dos campanadas con otra campana diferente, para indicar que el difunto es una mujer. Tres un hombre, cuatro un sacerdote, seis un obispo y doce el papa de Roma (más o menos). La vista desde aquí arriba, es impresionante. Nos explica también que la campana más grande que pesa 2500 kg se toca 12 veces al año y como se columpia él en la campana, para hacerla girar. También nos enseña el funcionamiento del reloj y que hay que darle cuerda todos los días y que emplea 15 minutos en hacerlo. Los contrapesos pesan más de 700 kg.
Ha pasado más de 1 hora y el hombre se tiene que ir a trabajar. Y nosotros seguir la marcha. Son las 11:05.
Salir de MONDOÑEDO y todo es cuesta arriba, a veces suave, pero a veces un poco fuerte. Y en asfalto, casi todo. Pero lo más fuerte, es para llegar a la ermita de SAN COSME da MONTAÑA, donde me tumbo un rato, esperando a los compañeros y para reponerme de la interminable cuesta. Según me dicen después, ellos se quedaron en el inicio de la cuesta y cuando llegan se tumban también a descansar en el prado. Yo sigo solo los 6 km que quedan para llegar al albergue. Llego a un pueblo que creo que es ABADIN y me indican donde está el albergue. Entro, me sellan la credencial y me doy cuenta que estoy en GONTÁN, en un albergue que se ha inagurado hace tan solo un mes y medio. Estupendo. Voy a comer sin ducharme ni nada, porque el hospitalero me dice que el bar cierra la cocina a las 4:00 y ya son menos veinte. Luego de comer, me ducho, lavo la ropa y vemos que hay una playa fluvial. A todo esto ya han llegado los compañeros. Vamos a bañarnos. El agua está helada, dicen y es verdad, pero como la playa en el mes de febrero o marzo. Luego salimos a dar una vuelta por el pueblo. Hay poco que ver. Compramos para desayunar, porque para cenar vamos al bar donde hemos comido por 8 €.

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